10 de octubre de 2008

Y que bonitas son las cosas cuando al final te lanzas a hacer algo que nunca pensaste tener valor para hacer. Y que sensación más extraña es que te tiemblen las piernas al hablar. Y que vergonzoso es acercarse a alguien que no conoces (bueno, en sueños lo conoces) y decirle "Vas a pensar que estoy tarada, pero yo soñaba contigo". Aunque es más vergonzoso cuando te contesta con un "cosas peores hay". ¿Y cuando con la cabeza agachada le dices "bueno, lo siento? Esa sensación solo puede explicarse con un "tierra tragame".





Pero....




¿Y cuando después de dar dos pasos te dice "si quieres podemos conocernos"? ¿Qué sensación es esa? Ni yo sabría explicar ese temblor en las piernas.



A veces hacer algo que cuesta trabajo no es tan malo.

3 comentarios:

Japa dijo...

qué historia tan bonita!!! ^^

Anónimo dijo...

Al contrario, SIEMPRE es reconfortante atreverte a hacer algo así, sea cual sea el resultado. Ojala durante mi vuda hubiera tenido ese valor en ocasiones en las que me faltó.

Anónimo dijo...

A veces no, nunca es malo hacer algo que cuesta trabajo, la vida es de l@s que arriesgan ;)

Un saludo