4 de julio de 2013
Cantabrana...
Que triste es saber que vas a ir por última vez a un lugar del que guardas tantos y tan buenos recuerdos desde niña.
Ese pueblo donde en invierno no hay más de 15 personas y que en verano se llena de gente y de fiestas.
Se me vienen a la mente muchos recuerdos. Sarai y yo con 4 o 5 añitos jugando con los muñecos de las pastillas Pez. El primer cigarro, el primer colocón de marihuana. Nuestros viajes por esas carreteras 10 en un coche. Aquel concierto de Melendi, y el de Barón Rojo!!! Aquel concurso de diafraces que ganamos disfrazados de loteria... Las laargas mañanas, tardes y noches en la barbacana o en la era. Javilú con su guitarra cantando por Sabina. Esas vueltas en bicicletas interminables. Esas tardes perdiéndonos por el monte. Ana hablando con los árboles. Las risas en casa de Sergio viendo "Los caballeros de la mesa cuadrada" tarde sí, tarde también... Podría seguir y seguir hasta dentro de un mes.
Mis niñ@s... Sara, Sarai, Ana, Saioa, Ele, Javi, Rodrigo, Iker, Sergio, Asier. Y los "mayores", que me llevaban de fiesta. No los olvidaré nunca.
Mañana será la última vez que te vea, la última vez que te huela, la última vez que te sonría. La última vez que salga por esa puerta. La última vez que suba esas escaleras huecas y rotas. La última vez que baje a esa cuadra.
Espero que quien te compre te cuide como no te han cuidado hasta ahora. Que rabia. Todo porque a mi señora abuela se la suda todo y prefiere que se caiga a cachos parcheándola que arreglarla. Hasta aqui ha llegado. Está vendida. Quiero mucho a mi abuela, pero no sé en que cojones piensa.
Me ha dejado sin el único sitio donde me he sentido realmente LIBRE. LIBERTAD absoluta en ese pequeño pueblo burgalés.
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